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1 ORÍGENES
DE LA ECOLOGÍA
La ecología es la ciencia que estudia las interrelaciones de los
diferentes seres vivos entre sí y con su entorno: «la biología de los
ecosistemas» (Margalef, 1998, p. 2). Estudia cómo estas interacciones entre los
organismos y su ambiente afecta a propiedades como la distribución o la
abundancia. En el ambiente se incluyen las propiedades físicas y químicas que
pueden ser descritas como la suma de factores abióticos locales, como el clima
y la geología, y los demás organismos que comparten ese hábitat (factores
bióticos). Los ecosistemas están compuestos de partes que interactúan
dinámicamente entre ellos junto con los organismos, las comunidades que
integran, y también los componentes no vivos de su entorno. Los procesos del
ecosistema, como la producción primaria, la patogénesis, el ciclo de
nutrientes, y las diversas actividades de construcción del hábitat, regulan el
flujo de energía y materia a través de un entorno. Estos procesos se sustentan
en los organismos con rasgos específicos históricos de la vida, y la variedad
de organismos que se denominan biodiversidad. La visión integradora de la
ecología plantea el estudio científico de los procesos que influyen la
distribución y abundancia de los organismos, así como las interacciones entre
los organismos y la transformación de los flujos de energía. La ecología es un
campo interdisciplinario que incluye a la biología y las ciencias de la Tierra.
Los antiguos filósofos griegos, como Hipócrates y Aristóteles sentaron
las bases de la ecología en sus estudios sobre la historia natural. Los
conceptos evolutivos sobre la adaptación y la selección natural se convirtieron
en piedras angulares de la teoría ecológica moderna transformándola en una
ciencia más rigurosa en el siglo XIX. Está estrechamente relacionada con la
biología evolutiva, la genética y la etología. La comprensión de cómo la
biodiversidad afecta la función ecológica es un área importante enfocada en los
estudios ecológicos. Los ecólogos tratan de explicar:
Los procesos de la vida, interacciones y adaptaciones
El movimiento de materiales y energía a través de las comunidades vivas
El desarrollo sucesional de los ecosistemas
La abundancia y la distribución de los organismos y de la biodiversidad
en el contexto del medio ambiente.
Hay muchas aplicaciones prácticas de la ecología en biología de la
conservación, manejo de los humedales, manejo de recursos naturales (la
agroecología, la agricultura, la silvicultura, la agroforestería, la pesca), la
planificación de la ciudad (ecología urbana), la salud comunitaria, la
economía, la ciencia básica aplicada, y la interacción social humana (ecología
humana). Los organismos (incluidos los seres humanos) y los recursos componen
los ecosistemas que, a su vez, mantienen los mecanismos de retroalimentación
biofísicos son componentes del planeta que moderan los procesos que actúan
sobre la vida (bióticos) y no vivos (abióticos). Los ecosistemas sostienen
funciones que sustentan la vida y producen el capital natural como la
producción de biomasa (alimentos, combustibles, fibras y medicamentos), los
ciclos biogeoquímicos globales, filtración de agua, la formación del suelo,
control de la erosión, la protección contra inundaciones y muchos otros
elementos naturales de interés científico, histórico o económico.
Historia
El término ökologie fue acuñado en 18691 por el naturalista y filósofo
alemán prusiano Ernst Haeckel a partir de las palabras griegas oikos (casa,
vivienda, hogar) y logos (estudio o tratado), por ello ecología significa «el
estudio del hogar».
En un principio, Haeckel entendía por ecología a la ciencia que estudia
las relaciones de los seres vivos con su ambiente, pero más tarde amplió esta
definición al estudio de las características del medio, que también incluye el
transporte de materia y energía y su transformación por las comunidades
biológicas.
Los precursores de la ecología
Hay que reconocer a los biólogos y geógrafos un papel fundamental en los
inicios de la ecología. Es justo recordar el aporte considerable de los griegos
clásicos. Por ejemplo, Aristóteles, además de filósofo, fue un biólogo y
naturalista de gran talla. Baste citar sus libros sobre la vida y costumbres de
los peces, fruto de sus diálogos con pescadores, y sus largas horas de
observación personal.
Si nos trasladamos al siglo XVIII, cuando la biología y la geografía se
estaban transformando en las ciencias modernas que hoy conocemos, es
imprescindible reconocer el carácter absolutamente ecológico del trabajo de los
fisiologistas en su progresivo descubrimiento de las relaciones entre la vida
vegetal y animal con los factores abióticos tales como la luz, el agua o el
carbono. Entre los muchos ejemplos posibles, es suficiente recordar las
investigaciones de Réaumur en el campo de la temperatura, así como las de
Leeuwenhoeck acerca de la formación del almidón en las plantas verdes.
También se realizaron durante el siglo algunos de los grandes viajes
científicos que permitieron un conocimiento más metodológico de los paisajes
geográficos de los diversos continentes, ejemplo entre otros del Conde de
Buffon, autor de los primeros tratados de biología y geología no basados en la
Biblia; o Alexander von Humboldt, el cual exploró y estudió durante cinco años
las tierras de América Latina.
El papel de los precursores del evolucionismo es asimismo fundamental,
porque intuían que no había ningún tipo de pre determinismo en la gran variedad
de especies vivientes existentes, sino progresivas adaptaciones ambientales.
Erasmus Darwin, abuelo del universalmente famoso Charles Darwin, predijo
algunas de las grandes tesis evolucionistas que desarrolló años más tarde su
nieto y que influyeron de modo decisivo en las corrientes de pensamiento del
siglo XIX.
Sin duda alguna, la polémica entre deterministas y evolucionistas fue
uno de los principales debates científicos del siglo XIX, enfrentando a hombres
de la categoría de Cuvier, Owen, Agassiz y Kölliker, contra los nuevos
"transformistas" Lamarck, Darwin, Herbert Spencer, Muller, Haeckel,
etc.
El calor de la polémica fue muy fecundo, porque exigió de los transformistas
que multiplicaran sus observaciones para justificar las nuevas teorías del
evolucionismo.
En alguno de ellos se manifestó una conversión forzada por las
evidencias; por ejemplo en el científico galés Richard Owen, que aún siendo
vivamente adversario de la nueva teoría evolucionista, realizó descubrimientos
que él mismo no podía justificar si no era recurriendo a la teoría de Darwin.
Objeto
de estudio
La ecología es la rama de la Biología que estudia las interacciones de
los seres vivos con su hábitat. Esto incluye factores abióticos, esto es,
condiciones ambientales tales como: climatológicas, edáficas, etc.; pero
también incluye factores bióticos, esto es, condiciones derivadas de las
relaciones que se establecen con otros seres vivos. Mientras que otras ramas se
ocupan de niveles de organización inferiores (desde la bioquímica y la biología
molecular pasando por la biología celular, la histología y la fisiología hasta
la sistemática), la ecología se ocupa del nivel superior a éstas, ocupándose de
las poblaciones, las comunidades, los ecosistemas y la biosfera. Por esta
razón, y por ocuparse de las interacciones entre los individuos y su ambiente,
la ecología es una ciencia multidisciplinaria que utiliza herramientas de otras
ramas de la ciencia, especialmente geología, meteorología, geografía,
sociología, física, química y matemáticas.
Los trabajos de investigación en esta disciplina se diferencian con
respecto de la mayoría de los trabajos en las demás ramas de la Biología por su
mayor uso de herramientas matemáticas, como la estadística y los modelos
matemáticos. Además, la comprensión de los procesos ecológicos se basa
fuertemente en los postulados evolutivos (Dobzhansky, 1973).
Flujo de energía
En esta sucesión de etapas en las que un organismo se alimenta y es
devorado la energía fluye desde un nivel trófico a otro. Las plantas verdes u
otros organismos que realizan la fotosíntesis utilizan la energía solar para
elaborar hidratos de carbono para sus propias necesidades. La mayor parte de
esta energía química se procesa en el metabolismo y se pierde en forma de calor
en la respiración. Las plantas convierten la energía restante en biomasa sobre
el suelo como tejido leñoso y herbáceo y, bajo éste, como raíces. Por último,
este material, que es energía almacenada, se transfiere al segundo nivel
trófico que comprende los herbívoros que pastan, los descomponedores y los que
se alimentan de detritos. Si bien, la mayor parte de la energía asimilada en el
segundo nivel trófico se pierde de nuevo en forma de calor en la respiración,
una porción se convierte en biomasa. En cada nivel trófico los organismos
convierten en biomasa menos energía de la que reciben. Por lo tanto, cuantos
más pasos se produzcan entre el productor y el consumidor final queda menos energía
disponible. Rara vez existen más de cuatro o o cinco niveles en una cadena
trófica. Con el tiempo, toda la energía que fluye a través de los niveles
tróficos se pierde en forma de calor. El proceso por medio del cual la energía
pierde su capacidad de generar trabajo útil se denomina entropía.
Niveles de organización
Para los ecólogos modernos (Begon, Harper y Townsend, 1999)(Molles,
2006), la ecología puede ser estudiada a varios niveles o escalas:
Organismo (las interacciones de un ser vivo dado con
las condiciones abióticas directas que lo rodean)
Población (las interacciones de un ser vivo dado con
los seres de su misma especie)
Comunidad (las interacciones de una población dada
con las poblaciones de especies que la rodean),
Ecosistema (las interacciones propias de la biocenosis
sumada a todos los flujos de materia y energía que tienen lugar en ella)
Biosfera (el conjunto de todos los seres vivos
conocidos).
Cadena trófica
Las cadenas tróficas, son una serie de cadenas alimentarias íntimamente
relacionadas por las que circulan energía y materiales en un ecosistema. Se
entiende por cadena alimentaria cada una de las relaciones alimenticias que se
establecen de forma lineal entre organismos que pertenecen a distintos niveles
tróficos. La cadena trófica está dividida en dos grandes categorías: la cadena
o red de pastoreo, que se inicia con las plantas verdes, algas o plancton que
realiza la fotosíntesis, y la cadena o red de detritos que comienza con los
detritos orgánicos. Estas redes están formadas por cadenas alimentarias
independientes. En la red de pastoreo, los materiales pasan desde las plantas a
los consumidores de plantas (herbívoros) y de éstos a los consumidores de carne
(carnívoros). En la red de detritos, los materiales pasan desde las plantas y
sustancias animales a las bacterias y a los hongos (descomponedores), y de
éstos a los que se alimentan de detritos (detritívoros) y de ellos a sus
depredadores (carnívoros).
Por lo general, entre las cadenas tróficas existen muchas
interconexiones; por ejemplo, los hongos que descomponen la materia en una red
de detritos pueden dar origen a setas que son consumidas por ardillas, ratones
y ciervos en una red de pastoreo. Los petirrojos son omnívoros, es decir,
consumen plantas y animales, y por esta razón están presentes en las redes de
pastoreo y de detritos. Los petirrojos se suelen alimentar de lombrices de
tierra que son detritívoras y se alimentan de hojas en estado de putrefacción.
Producción y productividad
En un ecosistema, las conexiones entre las especies se relacionan
generalmente con su papel en la cadena alimentaria. Hay tres categorías de
organismos:
Productores o autótrofos —Generalmente las plantas o las cianobacterias
que son capaces de fotosintetizar pero podrían ser otros organismos tales como
las bacterias cerca de los respiraderos del océano que son capaces de
quimiosintetizar.
Consumidores o heterótrofos —Animales, que pueden ser consumidores
primarios (herbívoros), o consumidores secundarios o terciarios (carnívoros y
omnívoros).
Descomponedores o detritívoros —Bacterias, hongos, e insectos que
degradan la materia orgánica de todos los tipos y restauran los alimentos al
ambiente. Entonces los productores consumirán los alimentos, terminando el
ciclo.
Estas relaciones forman las secuencias, en las cuales cada individuo
consume al precedente y es consumido por el siguiente, lo que se llama cadenas
alimentarias o las redes del alimento. En una red de alimento habrá pocos
organismos en cada nivel como uno sigue los acoplamientos de la red encima de
la cadena, formando una pirámide.
Estos conceptos llevan a la idea de biomasa (la materia viva total en un
ecosistema), de la productividad primaria (el aumento en compuestos orgánicos),
y de la productividad secundaria (la materia viva producida por los
consumidores y los descomponedores en un rato dado). Estas dos ideas pasadas
son dominantes, puesto que permiten evaluar la capacidad de carga —el número de
organismos que se pueden apoyar por un ecosistema dado. En ninguna red del
alimento se transfiere totalmente la energía contenida en el nivel de los
productores a los consumidores. Se pierden ascendentes cuanto más alta es la
cadena, mayor la energía y los recursos. Así, puramente de una energía y desde
el punto de vista del alimento es más eficiente para que los seres humanos sean
consumidores primarios (subsistir de vehículos, de granos, de las legumbres, de
la fruta, etc.) que consumidores secundarios (herbívoros consumidores,
omnívoros, o sus productos), y aún más que sean consumidores terciarios
(carnívoros consumidores, omnívoros, o sus productos). Un ecosistema es
inestable cuando sobra la capacidad de carga. La productividad total de los
ecosistemas es estimada a veces comparando tres tipos de ecosistemas con base
en tierra y el total de ecosistemas acuáticos; se estima que la mitad de la
producción primaria puede ocurrir en tierra, y el resto en el océano.
Los bosques (1/3 de la superficie terrestre de la Tierra) contienen
biomasas densas y muy productivas.
Sabanas, praderas, y pantanos (1/3 de la superficie terrestre de la
Tierra) contienen biomasas menos densas, pero es productiva. Estos ecosistemas
representan a las mayores partes de las que depende el alimento humano.
Ecosistemas extremos en las áreas con climas más extremos —desiertos y
semi-desiertos, tundra, prados alpestres, y estepas -- (1/3 de la superficie
terrestre de la Tierra). Tienen biomasas muy escasas y baja productividad.
Finalmente, los ecosistemas del agua marina y dulce (3/4 de la
superficie terrestre de la Tierra) contiene biomasas muy escasas (aparte de las
zonas costeras).
Los ecosistemas difieren en su biomasa (carbón de los gramos por metro
cuadrado) y la productividad (carbón de los gramos por metro cuadrado por día),
y las comparaciones directas de la biomasa y la productividad puede no ser
válida. Un ecosistema como este en la taiga puede ser alto en biomasa, pero de
crecimiento lento y así bajo en productividad. Los ecosistemas se comparan a
menudo en base de su volumen de ventas (cociente de la producción) o del tiempo
del volumen de ventas que sean los recíprocos del volumen de ventas. Las
acciones humanas durante los últimos siglos han reducido seriamente la cantidad
de la tierra cubierta por los bosques (tala de árboles), y han aumentado
agroecosistemas. En últimas décadas ha ocurrido un aumento en las áreas
ocupadas por ecosistemas extremos, como en el caso de la desertificación.
Tasa de renovación
Es la relación que existe entre la producción y la biomasa. Sirve para
indicar la riqueza de un ecosistema o nivel trófico, ya que representa la
velocidad con que se renueva la biomasa, por lo que también recibe el nombre de
tasa de renovación. Su valor es el cociente Pn/B. (producción neta entre
biomasa).
Biosfera
La capa exterior del planeta Tierra puede ser dividida en varios
compartimentos: la hidrosfera (o esfera de agua), la litosfera (o ámbito de los
suelos y rocas), y la atmósfera (o la esfera de aire). La biosfera (o la esfera
de la vida), a veces descrita como "el cuarto sobre" es la materia
viva del planeta, o la parte del planeta ocupada por la vida. Alcanza así en
los otros tres ámbitos, aunque no hay habitantes permanentes de la atmósfera.
En relación con el volumen de la Tierra, la biosfera es sólo la capa
superficial muy delgada que se extiende 11.000 metros bajo el nivel del mar a
15.000 metros por encima.
Se piensa que la vida por primera vez se desarrolló en la hidrosfera, a
profundidades someras, en la zona gótica. (Sin embargo, recientemente, una
teoría de la competencia se ha convertido, de que la vida se originó alrededor
de fuentes hidrotermales en la profundidad de océano. Véase el origen de la
vida.) Luego aparecieron los organismos multicelulares y colonizaron las zonas
bentónicas. Organismos fotosintéticos gradualmente emitieron, mediante reacciones
químicas, los gases hasta llegar a las actuales concentraciones, especialmente
la abundancia de oxígeno, que caracterizan a nuestro planeta. La vida terrestre
se desarrolló más tarde, protegida de los rayos UV por la capa de ozono. La
diversificación de las especies terrestres se piensa que fue incrementada por
la deriva de los continentes por aparte, o, alternativamente, chocar. La
biodiversidad se expresa en el nivel ecológico (ecosistema), nivel de población
(diversidad intraespecífica), especies (diversidad específica), y nivel
genético.
La biosfera contiene grandes cantidades de elementos tales como carbono,
nitrógeno, hidrógeno y oxígeno. Otros elementos, tales como el fósforo, calcio
y potasio, también son esenciales a la vida, aún están presentes en cantidades
más pequeñas. En el ecosistema y los niveles de la biosfera, es un continuo
reciclaje de todos estos elementos, que se alternan entre los estados minerales
y orgánicos.
Aunque hay una ligera entrada de la energía geotérmica, la mayor parte
del funcionamiento de los ecosistemas se basa en la aporte de la energía solar.
Las plantas y los microorganismos fotosintéticos convierten la luz en energía
química mediante el proceso de fotosíntesis, lo que crea la glucosa (un azúcar
simple) y libera oxígeno libre. La glucosa se convierte así en la segunda
fuente de energía que impulsa el ecosistema. Parte de esta glucosa se utiliza
directamente por otros organismos para la energía. Otras moléculas de azúcar
pueden ser convertidas en otras moléculas como los aminoácidos. Las plantas
usan alguna de estos azúcares, concentrado en el néctar, para atraer a los
polinizadores para la ayuda en la reproducción.
La respiración celular es el proceso mediante el cual los organismos
(como los mamíferos) rompen de glucosa hacia abajo en sus mandantes, el agua y
el dióxido de carbono, por lo tanto, recuperar la energía almacenada
originalmente dio el sol a las plantas. La proporción de la actividad
fotosintética de las plantas y otros fotosintetizadoras a la respiración de
otros organismos determina la composición de la atmósfera de la Tierra, en
particular su nivel de oxígeno. Las corrientes de aire globales unen la
atmósfera manteniendo casi el mismo equilibrio de los elementos en áreas de
intensa actividad biológica y las áreas de la actividad biológica ligera.
El agua es también intercambiada entre la hidrosfera, la litosfera, la
atmósfera, la biosfera y en ciclos regulares. Los océanos son grandes depósitos
que almacenan el agua, aseguran la estabilidad térmica y climática, y facilitan
el transporte de elementos químicos gracias a las grandes corrientes oceánicas.
Para una mejor comprensión de cómo funciona la biosfera, y las diversas
disfunciones relacionadas con la actividad humana, científicos Americanos
trataron de simular la biosfera en un modelo en pequeña escala, llamado
Biosfera.
Ecosistema
Un principio central de la ecología es que cada organismo vivo tiene una
relación permanente y continua con todos los demás elementos que componen su
entorno. La suma total de la interacción de los organismos vivos (la
biocenosis) y su medio no viviente (biotopo) en una zona que se denomina un
ecosistema. Los estudios de los ecosistemas por lo general se centran en la
circulación de la energía y la materia a través del sistema.
Casi todos los ecosistemas funcionan con energía del sol capturada por
los productores primarios a través de la fotosíntesis. Esta energía fluye a
través de la cadena alimentaria a los consumidores primarios (herbívoros que
comen y digieren las plantas), y los consumidores secundarios y terciaria (ya
sea omnívoros o carnívoros). La energía se pierde a los organismos vivos cuando
se utiliza por los organismos para hacer el trabajo, o se pierde como calor
residual.
La materia es incorporada a los organismos vivos por los productores
primarios. Las plantas fotosintetizadoras fijan el carbono a partir del dióxido
de carbono y del nitrógeno de la atmósfera o nitratos presentes en el suelo
para producir aminoácidos. Gran parte de los contenidos de carbono y nitrógeno
en los ecosistemas es creado por las instalaciones de ese tipo, y luego se
consume por los consumidores secundarios y terciarios y se incorporan en sí
mismos. Los nutrientes son generalmente devueltos a los ecosistemas a través de
la descomposición. Todo el movimiento de los productos químicos en un
ecosistema que se denomina un ciclo biogeoquímico, e incluye el ciclo del
carbono y del nitrógeno.
Los ecosistemas de cualquier tamaño se pueden estudiar, por ejemplo, una
roca y la vida de las plantas que crecen en ella puede ser considerada un
ecosistema. Esta roca puede estar dentro de un llano, con muchas de estas
rocas, hierbas pequeñas, y animales que pastorean - también un ecosistema-.
Este puede ser simple en la tundra, que también es un ecosistema (aunque una
vez que son de este tamaño, por lo general se denomina ecozonas o biomas). De
hecho, toda la superficie terrestre de la Tierra, toda la materia que lo
compone, el aire que está directamente encima de éste, y todos los organismos
vivos que viven dentro de ella puede ser considerado como una solo, gran
ecosistema.
Los ecosistemas se pueden dividir en los ecosistemas terrestres
(incluidos los ecosistemas de bosques, estepas, sabanas, etc.), los ecosistemas
de agua dulce (lagos, estanques y ríos), y los ecosistemas marinos, en función
del biotopo dominante.
Relaciones espaciales y
subdivisiones de la tierra
Montículos de termitas con chimeneas de diferentes alturas para regular
el intercambio de gases, temperatura y otros parámetros ambientales necesarios
para mantener la fisiología de toda la colonia.
Los ecosistemas no están aislados unos de otros sino interrelacionadas;
por ejemplo, el agua puede circular entre los ecosistemas por medio de un río o
corriente oceánica. El agua en sí, como un medio líquido, incluso define los
ecosistemas. Algunas especies, como el salmón o la anguila de agua dulce se
mueven entre los sistemas marinos y de agua dulce. Estas relaciones entre los
ecosistemas conducen a la idea de "bioma". Un bioma es una formación
homogénea ecológica que existe en una amplia región, como la tundra y las
estepas. La biosfera comprende la totalidad de los biomas de la Tierra - la
totalidad de los lugares donde la vida es posible - desde las montañas más
altas a las profundidades oceánicas.
Los biomas están bastante bien distribuidos a lo largo de las
subdivisiones a las latitudes, desde el ecuador hacia los polos, con las
diferencias basadas en el entorno físico (por ejemplo, los océanos o
cordilleras) y el clima. Su variación está generalmente relacionada con la
distribución de las especies de acuerdo a su capacidad para tolerar la
temperatura, la sequedad, o ambos. Por ejemplo, se pueden encontrar algas
fotosintéticas sólo en la parte luminosa de los océanos (donde penetra la luz),
mientras que las coníferas se encuentran principalmente en las montañas.
Aunque esta es una simplificación de un sistema más complicado, la
latitud y la altitud representan de manera adecuada la distribución de la
diversidad biológica dentro de la biosfera. En general, la riqueza de la
diversidad biológica (así como de los animales como para las especies de
plantas) está disminuyendo más rápidamente cerca del ecuador y más lentamente a
medida que nos aproximamos a los polos.
La biosfera también puede ser dividida en ecozonas, que están muy bien
definidas y sobre todo hoy en día sigue las fronteras continentales. Las zonas
ecológicas son divididas en las ecorregiones, aunque no hay acuerdo sobre sus
límites.
Disciplinas de la ecología
Como disciplina científica en donde intervienen diferentes caracteres la
ecología no puede dictar qué es "bueno" o "malo". Aun así,
se puede considerar que el mantenimiento de la biodiversidad y sus objetivos
relacionados han provisto la base científica para expresar los objetivos del ecologismo
y, asimismo, le ha provisto la metodología y terminología para expresar los
problemas ambientales.
La economía y la ecología comparten formalismo en muchas de sus áreas;
algunas herramientas utilizadas en esta disciplina, como tablas de vida y teoría
de juegos, tuvieron su origen en la economía. La disciplina que integra ambas
ciencias es la economía ecológica.
La Aerobiología es una
ciencia multidisciplinar en la que se incluyen los procesos ecológicos
relacionados con las partículas biológicas transportadas pasivamente a través
del aire.
La ecología microbiana es la
rama de la ecología que estudia a los microorganismos en su ambiente natural,
los cuales mantienen una actividad continua imprescindible para la vida en la
Tierra. En los últimos años se han logrado numerosos avances en esta disciplina
con las técnicas disponibles de biología molecular. Los mecanismos que
mantienen la diversidad microbiana de la biosfera son la base de la dinámica de
los ecosistemas terrestres, acuáticos y aéreos. Es decir, la base de la
existencia de las selvas y de los sistemas agrícolas, entre otros. Por otra
parte, la diversidad microbiana del suelo es la causa de la fertilidad del
mismo.
La biogeografía: es la
ciencia que estudia la distribución de los seres vivos sobre la Tierra, así
como los procesos que la han originado, que la modifican y que la pueden hacer
desaparecer. Es una ciencia interdisciplinaria, de manera que aunque
formalmente es una rama de la Geografía, recibiendo parte de sus fundamentos de
especialidades como la Climatología y otras Ciencias de la Tierra, es a la vez
parte de la Biología. La superficie de la Tierra no es uniforme, ni en toda
ella existen las mismas características. El espacio isotrópico que utilizan, o
suponen, los esquemas teóricos de localización es tan solo una construcción
matemática del espacio.
La ecología matemática se
dedica a la aplicación de los teoremas y métodos matemáticos a los problemas de
la relación de los seres vivos con su medio y es, por tanto, una rama de la biología.
Esta disciplina provee de la base formal para la enunciación de gran parte de
la ecología teórica
La ecología urbana es una
disciplina cuyo objeto de estudio son las interrelaciones entre los habitantes
de una aglomeración urbana y sus múltiples interacciones con el ambiente.
La ecología de la recreación es el estudio científico de las relaciones
ecológicas entre el ser humano y la naturaleza dentro de un contexto
recreativo. Los estudios preliminares se centraron principalmente en los
impactos de los visitantes en áreas naturales. Mientras que los primeros
estudios sobre impactos humanos datan de finales de la década de los 20, no fue
sino hasta los 70s que se reunió una importante cantidad de material documental
sobre ecología de la recreación, época en la cual algunos países sufrieron un
exceso de visitantes en áreas naturales, lo que ocasionó desequilibrios dentro
de procesos ecológicos en dichas zonas. A pesar de su importancia para el
turismo sostenible y para el manejo de áreas protegidas, la investigación en
este campo ha sido escasa, dispersa y relativamente desarticulada,
especialmente en países biodiversos.
La ecología del paisaje es una disciplina a caballo entre la geografía
física orientada regionalmente y la biología. Estudia los paisajes naturales
prestando especial atención a los grupos humanos como agentes transformadores
de la dinámica físico-ecológica de éstos. Ha recibido aportes tanto de la
geografía física como de la biología, ya que si bien la geografía aporta las
visiones estructurales del paisaje (el estudio de la estructura horizontal o
del mosaico de subecosistemas que conforman el paisaje), la biología nos
aportará la visión funcional del paisaje (las relaciones verticales de materia
y energía). Este concepto comienza en 1898, con el geógrafo, padre de la
pedología rusa, Vasily Vasilievich Dokuchaev y fue más tarde continuado por el
geógrafo alemán Carl Troll. Es una disciplina muy relacionada con otras áreas
como la Geoquímica, la Geobotánica, las Ciencias Forestales o la Pedología.
La limnología es la rama de
la ecología que se centra en el estudio de los sistemas acuáticos
continentales: ríos, lagos, lagunas, etcétera.
La dendroecología se centra
en el estudio de la ecología de los árboles.
La ecología regional es una
disciplina que estudia los procesos ecosistémicos como el flujo de energía, el
ciclo de la materia o la producción de gases de invernadero a escala de paisaje
regional o bioma. Considera que existen grandes regiones que funcionan como un
único ecosistema.
La agronomía, pesquería y, en general, toda disciplina que tenga
relación con la explotación o conservación de recursos naturales, en especial
seres vivos, tienen la misma relación con la ecología que gran parte de las
ingenierías con la matemática, la física o la química.
Equipo: 2
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