ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR ARTROPODOS
El ciclo de la malaria ilustra muy bien la cadena de probabilidades que
existen en la transmisión. Para la producción de un nuevo caso de malaria es
preciso que un mosquito pique a un hombre enfermo, luego el parásito sufre una
serie de cambios en el estómago del mosquito, el cual se hace infectante y
luego debe picar a un individuo susceptible. Examinemos los acontecimientos que
ocurren o deben ocurrir en cada etapa. Primero, el mosquito debe picar a un ser
humano y enfermo de malaria. En condiciones naturales el mosquito tiene
oportunidad de picar a numerosas especies animales, de modo que tiene que ser
una variedad de anófeles de hábitos domésticos y con oportunidades para picar
al hombre. Luego este individuo picado por el mosquito, debe estar enfermo de
malaria y además, debe cumplirse una tercera condición, que este enfermo de
malaria sea portador de micro y macrogametos, es decir, de formas sexuadas del
plasmodio. Luego, a este nivel, tenemos un encadenamiento de tres
probabilidades.
Veamos los cambios que ocurren en el estómago del mosquito. Primero
tiene que ser necesariamente mosquito del género anófeles y no de otra especie.
Los micro y macrogametos ingeridos con la comida del mosquito se fertilizan en el
estómago. Los macrogametos dan origen a un quiste en la pared, el cual crece
considerablemente y libera un gran número de esporozoitos. Los esporozoitos
migran hacia la glándula salival donde alcanzan una concentración capaz de
infectar cuando el mosquito se procura una nueva comida. Otra vez deben
cumplirse una serie de condiciones. Desde luego, el mosquito debe sobrevivir el
tiempo necesario para que todas estas cosas ocurran. Este conjunto de
acontecimientos en el cuerpo del mosquito toman 10-12 días, lo que llamaremos
período de incubación extrínseco. Cumplido ese período el mosquito debe picar
nuevamente a un ser humano, esta vez susceptible a malaria. En estas
condiciones el mosquito opera una especie de inyección hipodérmica de
esporozoitos. Si la dosis es suficiente para producir la enfermedad sigue un
ciclo de multiplicación dentro del individuo susceptible hasta que después de
un período de incubación (intrínseco), se origina un nuevo caso de malaria.
En condiciones naturales existe una cadena de probabilidades que
aparentemente es muy difícil de cumplir. Esto permite pensar que malaria es una
enfermedad que ofrece varios puntos vulnerables relativamente fáciles de
interrumpir y en esto se basa el control de la enfermedad. En la opinión de
Marston Bates, malaria es una enfermedad relativamente fácil de controlar,
porque basta interponer medidas de control que interrumpan el ciclo a nivel de
cualquiera de los anillos descritos más arriba. Sin embargo, debido a ciertas
dificultades naturales, malaria sigue siendo endémica, ha originado brotes
epidémicos de grandes magnitudes y constituye todavía un problema de salud
pública importantísimo en muchas áreas del mundo.
Marston Bates compara esta cadena de probabilidades con otro
acontecimiento natural que es el embarazo. Raymond Pearl estudió la conducta en
Baltimore de 199 parejas. En promedio se observó que por cada embarazo habían
ocurrido 351 relaciones sexuales. Considerando solamente relaciones
potencialmente efectivas el promedio baja a 254 por cada embarazo. Se trataba
de parejas normales que no usaban medios anticonceptivos. Si consideramos que
en cada relación sexual se liberan por lo menos 80 millones de espermios, la
probabilidad combinada multiplicando 254 por 80.000.000, nos da 1 sobre 20 billones
que sería para un espermio, la probabilidad de conseguir su objetivo. A pesar
de esta probabilidad tan infinitamente baja, el embarazo ocurre con una
frecuencia suficientemente alta como para mantener las tasas de natalidad en
todo el mundo.
Si volvemos a las enfermedades transmitidas por vector, la fiebre
amarilla suministra un magnífico ejemplo histórico para nosotros los
latinoamericanos.
El gran médico cubano Carlos Finlay en 1868, ya manifestaba sus
inquietudes epidemiológicas al ocuparse de estudiar un brote de cólera que
ocurría en La Habana. En esa fecha dirigió una carta al diario de La Marina, en
que propone una serie de recomendaciones importantes para controlar el brote,
basado en finas observaciones epidemiológicas. Recomienda, por ejemplo, hervir
el agua de la Zanja Real; lavado de manos a los que atienden enfermos;
desinfección de excretas; evitar lavar ropas de enfermos en el río. Todas estas
medidas se apoyaban en su hipótesis de que cólera era una enfermedad
transmisible, que el agente infeccioso estaba presente en las excretas, las
cuales contaminan el agua.
Se hace notar que el vibrión colérico fue descrito en 1879-1883 y
solamente en 1892 se aceptó su poder patógeno. Por lo tanto, Finlay se anticipó
en más de 20 años a la Bacteriología, basado en sus observaciones
epidemiológicas, del mismo modo como en 1850 lo había hecho John Snow en
Londres.
Para aquella época la carta de Finlay fue considerada tan audaz que las
autoridades la censuraron y no le dieron publicación.
La preocupación por los problemas epidemiológicos llevó a Finlay a
ocuparse de estudiar la Fiebre Amarilla. En 1880, en la Primera Conferencia
Sanitaria Panamericana que tuvo lugar en Washington, Finlay textualmente
expresó lo que sigue: "Mi opinión personal es que tres condiciones son
necesarias para que la Fiebre Amarilla se propague: 19 La existencia previa de
un caso de fiebre amarilla, en un periodo determinado de la enfermedad; 29 La
presencia de un sujeto apto para contraer la enfermedad; 3° La presencia de un
agente cuya existencia sea independiente de la enfermedad y el enfermo, pero
necesaria para transmitir la enfermedad del individuo enfermo al hombre
sano".
En agosto de 1881 tuvo lugar una sesión en la Academia de Ciencias de La
Habana donde Finlay expresó: "Tres condiciones serían necesarias para que
la fiebre amarilla se propague: 19 Existencia de un enfermo de fiebre amarilla
en cuyos capilares el mosquito pueda clavar sus lancetas e impregnarlas de
partículas virulentas, en el período adecuado de la enfermedad; 29 Prolongación
de la vida del mosquito entre la picada hecha en el enfermo y la que debe
producir la enfermedad, y 39 Coincidencia de que sea un sujeto apto para
contraer la enfermedad alguno de los que el mosquito vaya a picar
después". Realizó cinco tentativas de inoculación con una sola picadura.
Obtuvo "un caso de fiebre amarilla benigna, dos casos de fiebre amarilla
abortivos y dos casos de fiebres ligeras, sin carácter definido".
Después de 1898 se nombró la cuarta comisión, encabezada por Walter
Reed, quien no admitió inicialmente la teoría de Finlay, sino que buscaba el
bacilo de Sanarelli, al cual se incriminaba de producir fiebre amarilla.
Un médico de la comisión, el Dr. James Carrol, quien no creía en la
teoría de Finlay e incluso se burlaba de su autor, se dejó picar por un
mosquito, presumiblemente infectado, el 29 de agosto de 1900. Tres días después
tenía malestar, luego fiebre. El 2 de septiembre presentó albuminuria y el 3 de
septiembre, ictericia. Se dio la paradoja histórica de que el primer caso
experimental humano fuese un detractor de Finlay. Un soldado americano -William
Dean- que irrumpió en el laboratorio el 13 de septiembre y que se reía de los
mosquitos, también se dejó picar y desarrolló fiebre amarilla. El Dr.
Agramonte, colaborador de Finlay, comunicó por cable a Washington estos
acontecimientos, a Walter Reed, a quien los libros señalan como el descubridor
de la transmisión de la fiebre amarilla.
En realidad la comisión, bajo el peso abrumador de la evidencia, no hizo
sino confirmar en 1901 los hallazgos de Finlay, más de 20 años después que éste
había postulado todos los elementos fundamentales sobre epidemiología de fiebre
amarilla que conocemos hoy día.
El conocimiento sobre el rol de artrópodos en la transmisión de enfermedades
se desarrolló fuertemente durante el siglo pasado, gracias a las observaciones
y trabajos de Nott, Finlay, Manson, Bruce, Ross, Reed y muchos otros
investigadores.
El artrópodo puede actuar de varias maneras en la transmisión de la
enfermedad. El bacilo tífico, shigellas, espiroquetas del pian y otros
microorganismos pueden ser transportados por moscas en forma puramente
mecánica.
En algunas enfermedades el microorganismo se multiplica dentro del
cuerpo del insecto vector, como es el caso del tifus exantemático, fiebre
amarilla, lo que se ha llamado desarrollo propagativo. Otras veces no se opera
multiplicación sino que el parásito cumple estrictamente una etapa de su ciclo
biológico dentro del artrópodo (malaria), tipo que se llama cíclico. En otros casos,
se combinan desarrollo cíclico y multiplicación en un tipo de relación que se
puede llamar ciclo-propagativa.
Cuando el agente patógeno cumple una parte de su ciclo biológico dentro
del cuerpo del vector, requiere un cierto tiempo. Este período, que transcurre
desde que el vector adquiere el parásito hasta que complete el ciclo y llegue a
la forma infectante, se ha llamado período de incubación extrínseca.
Otro concepto que nace de estas relaciones hombre-vector es que ambos
son huéspedes del parásito en distintas etapas de su desarrollo. Aquel huésped
que aloja a formas asexuadas del parásito es designado huésped intermediario.
Se ha convenido en llamar huésped definitivo al que aloja formas sexuales. Así
resulta, por ejemplo, que en malaria el hombre es huésped , intermediario y el
mosquito, huésped definitivo.
El brote de malaria estudiado por Rosemary Brunetti y colaboradores en
California el año 1953 puso de relieve la importancia de conocer la biología
del parásito y los vectores. En un campamento de vacaciones enfermaron 35
niños, de los cuales 9 tuvieron un período de incubación entre 10 y 40 días y
la mayoría un período prolongado-de 217 hasta 316 días. El conocimiento
biológico y el período de incubación extrínseco llevó a identificar la fuente
de los casos, un veterano de la guerra de Corea que había regresado al área.
Las numerosas variables en malaria relativas al huésped, agente, y
vector y ambiente, fueron sistematizadas por Russel en 1931 en la siguiente
fórmula: (x + y -f- z) bepti: prevalencia de malaria, en que:
x: portadores humanos de gametocito;
y: vectores anofelinos;
z: susceptibles humanos;
b: relaciones biológicas entre el hombre y anófeles
del área;
e: influencia de los factores ambientales;
p: plasmódium, especies y cepas;
t: tratamiento y otras medidas de control, y
i: nivel de inmunidad racial o adquirida.
En este capítulo no nos resulta posible repetir la
epidemiología de malaria, que está vastamente tratada en numerosos textos y
publicaciones. Tampoco pretendemos ocuparnos de enfermedades clásicas
transmitidas por insectos vectores y solamente se ha seleccionado tifus
exantemático para discusión, por su interés intrínseco y por la importancia que
sigue teniendo en muchos países de la América Latina.
El siguiente cuadro resume las enfermedades de
mayor importancia transmitidas por vector y cumple solamente con el propósito
de desplegar un panorama general del problema.
ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR
ARTROPODOS
A.
Transmitidas por mosquitos
|
||
Enfermedad
|
Agente
|
Artrópodo
|
1. Dengue
|
Virus
|
Aedes
aegypti
|
2.
Fiebre amarilla
|
Virus
|
Aedes
aegypti Haemagogus (selvática)
|
3.
Encefalitis equina
|
Virus
|
|
a) del
Oeste
|
|
Culex
tarsalis
|
b) del
Este
|
|
Aedes
|
4.
Encefalitis de St. Louis
|
Virus
|
Culex
tarsalis
|
5.
Encefalitis japonesa B.
|
Virus
|
Culex
(?)
|
6.
Malaria
|
Plasmodium
(Vivax, malariae, falciparum, ovale)
|
Anófeles
|
7.
Filariasis
|
Wuchereria
Bancrofti
|
Culex,
Aedes y Anófeles
|
B.
Transmitidas por moscas
|
||
Enfermedad
|
Agente
|
Artrópodo
|
1.
Fiebre de Pappattaci
|
Virus
|
Plilebotomus
pappattaci
|
2. Poliomielitis
|
Virus
|
Musca
doméstica(?)
|
3.
Fiebre Tifoidea
|
Salmonella
typhi
|
Musca
doméstica
|
4.
Shigellosis
|
Shigella
|
Musca
doméstica
|
5.
Bartonelosis (Fibres de Oroya, verruga peruana,Enf. de Carrión).
|
Bartonella
baciliformis
|
Phlebotomus
|
6.
Leishmaniasis
|
L.
donovani, trópica
|
Phlebotomus
|
7.
Tripanosomiasis (Enf. del Sueño).
|
T.
gambiense
|
Glossina
palpalis
|
(Enl.
de Chagas)
|
T.
Cruzi
|
Triatomas
|
8.
Oncocercosis
|
Onchocerca
volvulus
|
Simulium
|
C.
Transmitidas por piojos
|
||
Enfermedad
|
Agente
|
Artrópodo
|
1.
Tifus epidémico
|
Rickettsia
prowazeki
|
Pedículus
corporis
|
2.
Fiebre de Trincheras
|
Rickettsia
quintaría
|
P.
Corporis
|
3.
Fiebre recurrente
|
Borrelia
recurrentis
|
P.
Corporis
|
D.
Transmitidas por garrapatas
|
||
Enfermedad
|
Agente
|
Artrópodo
|
1.
Encefalitis Rusa del Lejano Oriente
|
Virus
|
Ixodes
persulcatus
|
2.
Louping ill
|
Virus
|
Ixodes
ricinus
|
3.
Fiebre de Colorado
|
Virus
|
Dermacentor
andersoni
|
4.
Fiebre Manchada de los Montes Rocallosos
|
Rickettsia
rickettsi
|
D.
Andersoni
|
D.
variabilis
|
||
5.
Fiebre botonosa
|
Rickettsia
conori
|
Rhipicephalus
sanguineus
|
6.
Fiebre Q.
|
Coxiella
burnetii
|
Dermacentor
andersoni (?)
|
7.
Tularemia
|
Pasteurella
tularensis
|
D.
andersoni
|
8.
Fiebre recurrente
|
Borrelia
recurrentis
|
Ornithodorus
|
F.
Transmitidas por Acarinos
|
||
Enfermedad
|
Agente
|
Artrópodo
|
1. Tsutsugamuchi
|
Rickettsia
orientalis
|
Trombicula
a
|
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