jueves, 30 de junio de 2016

exposición hepatitis E y viruela

Hepatitis E
uLa hepatitis E es una enfermedad hepática causada por el virus de la hepatitis E, un virus ARN monocatenario positivo y sin cubierta.

uEl virus se transmite principalmente a través del agua de bebida contaminada. El resultado es por lo general una infección autolimitada que se resuelve en 4-6 semanas, pero a veces se transforma en una forma fulminante de hepatitis (insuficiencia hepática aguda) que puede conducir a la muerte.
TRANSMISIÓN

uEl virus de la hepatitis E se transmite principalmente por vía fecal-oral, como consecuencia de la contaminación fecal del agua de bebida. Otras vías de transmisión que también se han observado son:
ula transmisión alimentaria por ingestión de productos derivados de animales infectados;
ula transfusión de productos sanguíneos infectados;
ula transmisión vertical de una embarazada al feto.
uAunque se considera que el huésped natural del virus de la hepatitis E es el hombre, se han detectado anticuerpos contra ese virus u otros estrechamente relacionados en primates y en varias otras especies animales.
uLa hepatitis E es una enfermedad transmitida por el agua, de ahí que haya habido brotes importantes atribuidos a alimentos o agua contaminados. La ingestión de marisco crudo o poco cocido es otra vía de infección en algunos casos esporádicos registrados en zonas endémicas.

uLos factores de riesgo de la hepatitis E están relacionados con las deficiencias de los sistemas de saneamiento en amplias zonas del mundo y con la diseminación del virus causante a través de las heces.
Síntomas
uEl periodo de incubación tras la exposición al virus de la hepatitis E varía entre tres y ocho semanas, con una media de 40 días. El periodo de contagio se desconoce.
uEl virus de la hepatitis E causa tanto casos agudos esporádicos como casos epidémicos. La infección sintomática se da sobre todo en adultos jóvenes de 15 a 40 años. En los niños, la infección, aunque frecuente, es generalmente asintomática o causa trastornos muy leves sin ictericia (hepatitis anictérica), y no llega a diagnosticarse.
uLos signos y síntomas característicos de la hepatitis son:
uictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos, orina oscura y heces pálidas);
uanorexia (pérdida de apetito);
uhígado agrandado y con dolor a la palpación (hepatomegalia);
udolor y dolorimiento abdominal;
unáuseas y vómitos;
ufiebre.
uEstos síntomas son prácticamente indistinguibles de los sufridos en la fase aguda de cualquier enfermedad hepática y suelen durar entre una y dos semanas.
uEn raras ocasiones la hepatitis E aguda se convierte en una hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda) que conduce a la muerte. La hepatitis fulminante es más frecuente durante el embarazo. Las embarazadas presentan un mayor riesgo de complicaciones obstétricas y mortalidad por hepatitis E, que puede dar lugar a una tasa de mortalidad del 20% en esa población en el tercer trimestre de la gestación.
uSe han notificado casos de hepatitis E crónica en personas inmunodeprimidas. También se han observado casos de reactivación de la enfermedad en pacientes inmunodeprimidos.
Diagnostico
uLos casos de hepatitis E no se pueden distinguir clínicamente de otros tipos de hepatitis víricas agudas. Por consiguiente, el diagnóstico de la infección por el virus de la hepatitis E suele basarse en la detección en la sangre de anticuerpos IgM e IgG específicos contra este virus. Otra prueba es la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RT-PCR), que detecta el RNA del virus de la hepatitis E en la sangre o las heces, pero puede necesitar laboratorios especializados.
uSe debe sospechar hepatitis E en los brotes epidémicos de hepatitis transmitidas por el agua que se declaran en los países en desarrollo, especialmente cuando la enfermedad es más grave en las mujeres embarazadas, o si se ha descartado la hepatitis A.
Tratamiento y prevención

uNo existe ningún tratamiento que pueda alterar el curso de la hepatitis aguda. La prevención es la medida más eficaz contra la enfermedad.
uComo la enfermedad suele ser auto limitada, por lo general no se requiere hospitalización. Sí se requiere hospitalización, en cambio, en los casos de hepatitis fulminante, y se debe considerar también esa posibilidad en el caso de las embarazadas infectadas.
uPrevención
uEl riesgo de infección y transmisión se puede reducir:
ugarantizando la calidad de los sistemas públicos de suministro de agua;
uestableciendo sistemas adecuados de eliminación de los residuos sanitarios.
uA nivel individual, el riesgo de infección se puede reducir:
uadoptando prácticas higiénicas como lavarse las manos con agua salubre, sobre todo antes de manipular alimentos;
uevitando beber agua o consumir hielo de pureza desconocida;
uobservando las prácticas recomendadas por la OMS para garantizar la inocuidad de los alimentos.

uEn 2011 se registró en China la primera vacuna concebida para prevenir la infección por el virus de la hepatitis E. Aunque no está disponible a nivel mundial, se podría llegar a suministrar en otros países.
Viruela
uLa viruela fue una enfermedad infecciosa grave, contagiosa, causada por el Variola virus, que en algunos casos podía provocar la muerte. No hubo nunca tratamiento especial para la viruela y las únicas formas de prevención eran la inoculación o la vacunación. 
Clasificación
uSegún la forma clínica de presentación de la viruela, se clasifica en:
uViruela mayor, era la forma grave y más común de la viruela, que ocasionaba una erupción más extendida y fiebre más alta. Hubo cuatro tipos de viruela mayor: la común (era la más frecuente y se observaba en 90 % o más de los casos); la modificada (leve, y se observaba en personas que se habían vacunado); la lisa; y, por último, la hemorrágica (éstos dos últimos tipos eran raros y muy graves). Históricamente, la viruela mayor ha tenido una tasa general de mortalidad de aproximadamente el 30 %; sin embargo, la viruela lisa y la hemorrágica solían ser siempre mortales.
uViruela menor, era un tipo menos común de la viruela y una enfermedad mucho menos grave, cuyas tasas de mortalidad fueron históricamente del 1 % o menores.
Transmisión
uPara que la viruela se contagiase de una persona a otra, hacía falta que estuvieran en contacto directo y prolongado, cara a cara. La viruela también podía transmitirse por medio del contacto directo con fluidos corporales infectados o con objetos contaminados, tales como sábanas, fundas o ropa. Rara vez el virus de la viruela se ha propagado transportado por el aire en sitios cerrados como edificios, autobuses y trenes. Los seres humanos eran los únicos portadores naturales del virus de la viruela. No se conocen casos de viruela transmitidos por insectos o animales.
uUna persona con viruela podía ser contagiosa cuando empezaba la fiebre (fase pródromo), pero alcanzaba su máxima capacidad para contagiar cuando empezaba a salir la erupción. Por lo general, en esta etapa la persona infectada estaba muy enferma y no podía desplazarse en su comunidad. La persona infectada era contagiosa hasta que se le caía la última costra de viruela. Comúnmente solicitaban a los pacientes que no debían de rascarse los granos o costras ocasionadas por la viruela porque quedaba marcado su cuerpo.



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