HEPATITIS C
Cifras y datos
·
La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus del
mismo nombre; ese virus puede causar una infección, tanto aguda como crónica,
cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas, y una enfermedad
grave de por vida.
·
El virus de la hepatitis C se transmite a través de la sangre, y las
causas de infección más comunes son las prácticas de inyección poco seguras, la
esterilización inapropiada de equipo médico en algunos entornos de atención sanitaria
y la transfusión de sangre y productos sanguíneos sin analizar.
·
En todo el mundo hay entre 130 y 150 millones de personas infectadas con
el virus de la hepatitis C.
·
Un número considerable de esas personas con infección crónica
desarrollarán cirrosis o cáncer de hígado.
·
Aproximadamente 500.000 personas mueren anualmente por enfermedades
hepáticas relacionadas con la hepatitis C.1
·
Los antivíricos pueden curar aproximadamente el 90% de los casos de
infección por el virus de la hepatitis C, lo que reduce el riesgo de muerte por
cáncer de hígado y cirrosis, pero el acceso al diagnóstico y tratamiento es
limitado.
·
En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero la
investigación en esa esfera continúa.
·
El
virus de la hepatitis C (VHC) causa infección aguda y crónica. Por lo general,
la infección aguda es asintomática y muy raramente se asocia a una enfermedad
potencialmente mortal. Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas
elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de
tratamiento alguno.
El
restante 55-85% de las personas desarrollará la infección crónica. De esas
personas, el 15-30% correrá el riesgo de cirrosis hepática en un plazo de 20
años.
Distribución geográfica
La
hepatitis C es prevalente en todo el mundo. Las regiones más afectadas son Asia
central y oriental y África.
Dependiendo
del país, la incidencia de hepatitis C puede concentrarse en algunas
poblaciones (por ejemplo, entre los consumidores de drogas inyectables), y/o en
la población en general. Existen numerosas cepas (o genotipos) del VHC, cuya
distribución varía en cada región.
Transmisión
El
virus de la hepatitis C se transmite por vía sanguínea. Generalmente se
transmite:
·
al consumir drogas inyectables, mediante el uso compartido de material
de inyección;
·
en entornos sanitarios, debido a la reutilización o la esterilización
inadecuada de equipo médico, especialmente jeringas y agujas;
·
a través de transfusiones de sangre y productos sanguíneos sin analizar;
·
el VHC se puede transmitir también por vía sexual, y puede pasar de una
madre infectada, a su niño; sin embargo, esas formas de transmisión son menos
comunes.
La
hepatitis C no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el
agua, ni por contacto ocasional, por ejemplo, abrazos, besos y comidas o
bebidas compartidas con una persona infectada.
Síntomas
El
período de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis
meses.
Tras
la infección inicial, aproximadamente un 80% de las personas no presenta ningún
síntoma. Los pacientes con sintomatología aguda pueden presentar fiebre,
cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras,
heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la
piel y los ojos).
Examen y diagnóstico
Dado
que la infección aguda con el VHC es generalmente asintomática, su diagnóstico
precoz es muy infrecuente. En las personas que desarrollan una infección
crónica por el VHC, esta puede muchas veces permanecer sin diagnóstico porque
se mantiene asintomática hasta décadas después, cuando los síntomas producen un
daño hepático de secundario a grave.
La
infección con el VHC se diagnostica en dos etapas:
·
La detección de anticuerpos anti-VHC mediante un examen serológico
revela que la persona está infectada con el virus.
·
Si el examen es positivo se debe realizar una prueba de ARB del VHC para
confirmar la infección crónica, dado que entre el 15 y el 45% de las personas
infectadas con el VHC eliminan espontáneamente la infección mediante una
respuesta inmunitaria fuerte, sin necesidad de tratamiento. Aunque ya no estén
infectadas, los análisis serológicos de esas personas revelarán la presencia de
anticuerpos anti-VHC
Saludos
Katheryne Hernández Serna
Estudiante Lic en Enfermería
UNPA
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